Juegos, palabras mágicas. 1,2,3, ya! Todos se esconden. Un plano cenital, ves como todos corren a esconderse. Vos en la terraza. No formas parte, no te animas a ser parte. Te sentas en el borde de la cornisa y balanceas tus pies. Prendés un cigarrillo y dibujas en el cielo con su humo. Las palomas te hacen compañía, pero están en la suya. Vos no las molestas.

No te vas a tirar, no es la idea y lo sabes. Solo necesitas aire y soledad. No hay música ni palabras, solo el ruido de las palomas que hasta se torna agradable.

Buscas en tus bolsillos, no hay más que unos billetes ¿esperabas encontrar algo de vida?

No te das cuenta que los instantes son la vida, que el tiempo no se mide ni en horas ni en días. No te das cuenta que las lágrimas no se gastan y que la música te provoca ganas de morir.

Estás ahí sentada, con tu angustia y tu felicidad. Con tus lágrimas y tus sonrisas. Con tus 6 personalidades y tu bipolaridad. No hay ninguna película mas que la de tu vida para mirar. Y la posibilidad de que nada tenga un sentido en la vida, la posibilidad de que los enigmas que esperabas resolver nunca se resuelvan te carcome.

Te tranquilizas luego de dos bocanadas de aire. Te autoconformas. No hay nadie alrededor. Hablas en voz alta, decís algunas palabras elegidas al azar. Los que jugaban a las escondidas se fueron, o quedaron escondidos.

Las primeras estrellas se anticipan, los vecinos se alteran. Cuantas veces en tu cabeza, maldita sea. Ya es de noche.

Te levantas, saludas al mundo. Otra vez a la realidad.

(foto por otra Mili)