Un día se me cayó mi estante con libros. Claro, ustedes no lo sabían por que no me conocían en ese entonces. Salvo algunos, que siguen leyendo estas estupideces que escribo. Yo sigo insistiendo.

Anoche se volvió a caer la estantería. Los tornillos se venían aflojando, yo lo veía, lo sentía, pero no hacía nada. En realidad no quise hacer nada y no supe hacer nada. Ayer, los tornillos se despidieron de su lugar de agarre, el estante, con todo lo que soportaba se vino abajo, estallo contra el piso deshaciendo todo lo construido. Esta vez no eran libros o cds, o cajas, como la otra vez. Esta vez cayeron valores, creencias, seguridades, miedos, impresiones, juicios y prejuicios. Esta vez estallaron en mil pedazos las palabras que había ido juntando durante tanto tiempo, se cayeron, se mezclaron, se confundieron y se desordenaron. Todo, todo quedó desecho, desparramado por todas partes y yo sentaba en el piso, miraba como mis creencias rodaban por el piso, cubiertas de tierra, algunas quebradas, otras intactas.
El estante estaba quebrado, arruinado, nada se podía poner encima de él, no servia. Era de noche, y tenia sueño, y todo era un desastre. Levanté algunas ideas que estaban cerca de mí. Las mire, y pensé para que las estaría guardando. Un montón de estupideces estaban hechas pelota por todas partes. En hora buena. Pero no encontré nada que valiera la pena conservar, y eso me desesperaba. ¿Qué sentido tenia mi vida?¿Acaso debería empezar de cero con todo? Tenía miedo, y estaba sola. Deje todo como estaba, me saque los anteojos y me acosté a dormir, con la ropa puesta, la luz prendida y la música apagada.


No logro desprenderme. Por mas que todas mis ideas e ideales lleguen a abandornarme, nunca podre abandonarlos yo a ellos. Y mi libertad se ve condicionada por lo que los demas hicieron de mi, no por lo que soy o por que lo siento.

¿Y que hago con esa presencia en mis ojos, en mi boca y en mente?