1.11.10


A veces no entiendo qué redes estamos armando, Natalia. Todxs tiran de la misma hilacha, desarmando una a una las tramas tejidas del sistema que te mata. Pero lo que me sorprende es que con cada hilacha que sale, vuelven a tejer otras redes de poder, cada vez más enroscadas, imitando las viejas colchas de las que nos quejamos. Entonces me pregunto de que hilacha estoy agarrada, y si soltándola a donde caigo.

Estoy cansada Natalia de que te maten. Estoy cansada Natalia de que nos maten, y ya no solo nos matan lxs de adentro, sino que nos estamos matando todo el tiempo. Los medios se convierten en fines, la violencia en aliada, los grises en blanco o negro, lxs trans en políticamente correctos, y lo gay en moda capitalista. Los partidos sacan sus garras jerarquicas y aplastan a lxs guzanxs que se desplazan de forma horizontal por la tierra que lxs parios. Se convierten en tierra nuevamente. Y hacia dónde vamos nos preguntamos, y leemos portales y diarios que leen el futuro y muchas veces ignoran el pasado, tu pasado, el mio y el de tantxs otrxs. Vamos hacia adelante, hacia el costado, el frente o atrás. Nada tiene sentido, por que no nos dejan de mirar, no nos dejan respirar.

Cuantos cuerpos más van a caer para que podamos ver sin ningún cristal? Cuantas banderas políticas van a caer sobre nuestros hombros, cegando nuestras miradas? Cuan políticamente correctos hay que llegar a ser para que dejemos de morirnos? Es ese el camino? Hay un camino?

Será que nos equivocamos o lo esquivamos? Será que las palabras de Liliana nos llegaron, y que los paraísos no son lugares cómodos para vivir?

A veces me cansan las palabras Natalia. De tanto hablar pierden peso, tantas veces pronunciadas, tantas veces vomitadas, tantas veces repudiadas. Mis palabras hubiera detenido las balas que te mataban? Mis palabras detendrán otras balas? O si quiera, llegaran a detener otras palabras?

4 comentarios:

  1. eh.. que golpe fuerte leer esto...saber esto a esta hora. No estaba preparada.
    Entiendo lo que decís, muchas veces ante tanta violencia por todos los medios y por todas partes nos preguntamos si las palabras alcanzan. Si cuando yo digo "basta" suena tan fuerte como cuando ellxs dicen "puta", "torta"...
    Pero las nuestras no son palabras huecas, lo nuestro también es acción y reflexión. Y saber que cuando se nos escapa el "puto" nos duele hasta adentro de los huesos la certeza de estar reproduciendo algo que odiamos. Digo, nos percatamos. Y ese es el primer paso para destruirlo también.
    Y no se, no se hasta qué punto es realidad, hasta qué punto esperanza, hasta qué punto es convicción, hasta qué punto fé ciega en que las cosas NO PUEDEN ser así...
    Pero no puedo quedarme de brazos cruzados, y eso ya es una respuesta. Yo, como vos, como tantxs otrxs, necesitamos hacer ALGO para que sea un poquito mejor, para que no nos aplaste, para que a lxs pibes q vienen por atrás, con suerte, no les toque.

    Abrazo fuerte. Aunque a veces no den ganas, sonreir es dar batalla, no te olvides.

    ResponderEliminar
  2. Guaw. Bastante fuerte, bastante intenso.
    Todos estamos prendidos a una hilacha, a esa hilacha que nos prestan, que nos muestran, que no podemos escapar. La hilacha de sociedad a la que pertenecemo.
    Saludos y un placer.

    ResponderEliminar
  3. Cuánta tristeza.
    Cuánta violencia.
    Y yo acá sin saber muy bien qué decir. Pero con ganas de gritar.

    ResponderEliminar
  4. avergüenza el mundo que hiere, averguenza la gente que insulta.

    Averguenza lo obtuso y corto de mente, averguenza la falta de consideración y humanidad.

    Si tan solo el mundo tuviera verguenza, pero no la tiene, y eso, eso es una maldita desgracia.

    La vida es una gran batalla que libra el alma, y si sigues creyendo, ella crecerá fuerte hasta el día en que ni el mundo desvergonzado pueda abatirla.

    saludos y un abrazo

    ResponderEliminar