
Le encanta el drama, parece. No puede estar estática ni estética. Se divierte pensado en atrocidades, en desamores, en despedidas y muertes. Es dramática.
A veces no entiendo qué redes estamos armando, Natalia. Todxs tiran de la misma hilacha, desarmando una a una las tramas tejidas del sistema que te mata. Pero lo que me sorprende es que con cada hilacha que sale, vuelven a tejer otras redes de poder, cada vez más enroscadas, imitando las viejas colchas de las que nos quejamos. Entonces me pregunto de que hilacha estoy agarrada, y si soltándola a donde caigo.
Estoy cansada Natalia de que te maten. Estoy cansada Natalia de que nos maten, y ya no solo nos matan lxs de adentro, sino que nos estamos matando todo el tiempo. Los medios se convierten en fines, la violencia en aliada, los grises en blanco o negro, lxs trans en políticamente correctos, y lo gay en moda capitalista. Los partidos sacan sus garras jerarquicas y aplastan a lxs guzanxs que se desplazan de forma horizontal por la tierra que lxs parios. Se convierten en tierra nuevamente. Y hacia dónde vamos nos preguntamos, y leemos portales y diarios que leen el futuro y muchas veces ignoran el pasado, tu pasado, el mio y el de tantxs otrxs. Vamos hacia adelante, hacia el costado, el frente o atrás. Nada tiene sentido, por que no nos dejan de mirar, no nos dejan respirar.
Cuantos cuerpos más van a caer para que podamos ver sin ningún cristal? Cuantas banderas políticas van a caer sobre nuestros hombros, cegando nuestras miradas? Cuan políticamente correctos hay que llegar a ser para que dejemos de morirnos? Es ese el camino? Hay un camino?
Será que nos equivocamos o lo esquivamos? Será que las palabras de Liliana nos llegaron, y que los paraísos no son lugares cómodos para vivir?
A veces me cansan las palabras Natalia. De tanto hablar pierden peso, tantas veces pronunciadas, tantas veces vomitadas, tantas veces repudiadas. Mis palabras hubiera detenido las balas que te mataban? Mis palabras detendrán otras balas? O si quiera, llegaran a detener otras palabras?
Resulta que no puedo dirigir y mantener mi atención a una cosa a la vez, gran problema de toda una generación que creció con google y las adictivas pestañas de firefox.
Hay tardes como estas que en las que me siento a escribir para tratar de comprender. Comprenderme. Entre Marx y el Liberalismo se cuelan ideas y sensaciones impropias para este momento. Me detengo para escribir. Escribirme.
A diferencia de lo que pensaba y de experiencias anteriores, no estoy sufriendo de la nostalgia y de extrañitis aguda, parece que entre tumbos y tortazos aprendí a querer sin poseer, lo cual me enorgullece desmedidamente. Querer y amar requieren de ejercicios cotidianos de desaprender la forma capitalista de relacionarnos que tenemos. En muchas formas de relaciones experimente sentimientos de posesión hacia otr*s y de otr*s hacia mi. El ser libre puede verse condicionado en el momento que posamos nuestras miradas en un alguien poseedor o en un alguien que pide ser poseid*. La competencia es otra de las cualidades que logro reconocer como un valor o acción sumamente negativo de experimentar. Diferentes personas produjeron en mí esa sensación de tener que competir, es realmente desgastante. Creo que eso es algo que también aprendí, y voy arando mi propio camino y sembrando mis propias semillas, mirando al lado pero viendo a un* compañer*. Generar lazos solidarias, es hermoso estar pasando por un momento de tristeza inexplicable y tener las voces solidarias que no buscan solucionar los problemas, sino regalar palabras de comprensión y un abrazo mucho más sanador que cualquier solución. Porque no todo tiene sanación.
Entre tanta militancia empiezo a darme cuenta que también estoy yo, como sujeta activa que a veces necesita estar pasiva. Entre la gente de la marcha me visualizo, y llego a conclusiones de reflexionar. Desde este lugar de tristeza de esta última tarde de julio, me apodero de ese sentimiento, que en definitiva es lo único que es mío, y lo vivo, como se deben vivir las cosas. Y dejan de importar tantas cosas.
Camine por esa noche, esa noche que cambiaba de colores. Veía mi realidad, y no me interesaba la de los demás. Caminaba a mi compás. el ritmo era el del pacer, el de intentar llegarlo a conocer. Esos colores me dieron otro aire, un aire que muestra que no me importa la superficialidad. que de todo eso me puedo largar a llorar de tanto reír. Que no importa que manifiesten tanto por sus pieles. Que en sus trapos solo dice que hay dependencia. También se reconocer que el cuerpo si habla. Pero es una mera ilusión que se puede transformar fácilmente en religión.
Estuve esperando que vengan a hablarme los habitantes. Pero las risas de seguro que los espantaron, pues ellos no tienen ganas de reír todavía. Ellos creen que la risa desprende partes de su alma.
Si uno llora mucho sabrá que la risa también puede ser tan mala como la pena. Es más rápida, y es una muerte más efectiva. Yo entre la alegría y la pena, prefiero la tranquilidad del llanto doloroso.
La risa es la asesina mas efectiva, porque uno nunca la culpa de que es asesina. Como van a pensar que la risa es algo malo, es mas la consideran como un buen remedio. La risa es una droga, que una vez que la sentiste, la quieres volver a sentir. Te aturde, la comunicación interpersonal hace cortocircuito entonces no informa, solo hacen cosquillas las chispas que hacen las conexiones neuronales. Y te quita el aliento, lo cual produce mayor estrés. Al terminar la risa, cuesta a uno recuperarse, será que los habitantes tienen razón? que sin darnos cuentas nos robaron una parte del alma?
Aún así, los habitantes seguían sin acercarse a hablarme. No sólo le temían a la risa, sino a los sentimientos. Entonces comprendí su realidad. Los sentimientos causan reacciones inesperadas, pensamientos destructivos, cortocircuitos y sensaciones placenteras, aunque agobiantes. Los habitantes les temen.
Es por eso que no se acercaban a hablarme. Muchos perdieron pedazos de almas por una risa frenética, superficial y falsa. Pero muchos otros perdieron pedazos de alma por haber amado hasta los huesos, y haber perdido, y con el fin de ese amor se les fue el alma.
Y yo, que caminaba por esa noche, ignorante del peligro de los sentimientos, descubrí la verdad. Y no pude evitar reír de mi ignorancia, mi cuerpo se retorcía con el sonido de mi risa, mis ojos derramaban lágrimas de nervios, mi corazón se quería desprender de mi cuerpo. Hasta que me detuve. Y los colores desaparecieron, y ya no era de noche, y ya no existía nadie.
Caminé de regreso, sin preocuparme por conocer el placer, sin pensar. Entre en mi habitación, y dormí. Ya era de día.